A los 71 años de edad y tras una fructífera carrera como tenor, dijo adiós al mundo, tras un agobiante cáncer de páncreas.
La plaza principal de Módena vibró, con la presencia de una multitud que quería despedir a Luciano Pavarotti. Mientras el féretro pasaba, la multitud aplaudía como signo de despedida al Gran Tenor, a la voz que con su potencia iluminó al mundo. Esa voz se apagó, extrañaremos su potencia, su carisma, pero su legado permanecerá intacto preservado por la humanidad.
Pavarotti será recordado como un de los mejores tenores de la humanidad, por se difusor de la ópera, por prestar su voz incluso para la música popular. Su voz se oirá con más potencia en la eternidad...
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