Café y Tertulia

Bogotá Ciudad teatro del mundo

La sorpresivamente muerte del reconocido chef y crítico culinario, Kendon MacDonald Smith sorprendió a Colombia, al gremio de chefs, y a los amantes de la buena mesa a nivel nacional e internacional.

Si hay algo que destacar en Kendon es su pasión, esa pasión que le imprimió a sus recetas y que llevó a este danés a venir a Colombia en búsqueda del paraíso macondiano que descubrió en "Cien años de Soledad".

Entre decenas de países para ejercer su profesión escogió a Colombia, un país no con mucha tradición en el oficio de Chef, pero si, con mucha diversidad culinaria, esa diversidad que le apasionó y le llevo a convertirse en un difusor de la gastronomía colombiana.

Y con esa misma pasión, recibió hace menos de 2 años la nacionalidad colombiana, cuando con una corbata tricolor de amarillo, azul y rojo, confirmó su compromiso con Colombia y demostró a los extranjeros que el mayor riesgo de venir a Colombia es terminar enamorado de ella.

Su papel no solamente fue de difusor de la cocina colombiana, elevó los platos más típicos de la gastronomía local a platos dignos de la cocina internacional y asumió con vehemencia su compromiso social, al apoyar por ejemplo, a la fundación Tejido Humano.
Pese a su gran corazón, este falló, y consternó al país cuando súbitamente murió en un edificio de Cali, en el momento en que se preparaba para asistir a una conferencia culinaria. Murió haciendo su vocación y murió en su patria, con el reconocimiento y admiración de muchos, y con el agradecimiento de otros cuantos que vimos en él un ejemplo de entrega por el país.

Su legado permanecerá, aunque su singular carisma y secretos culinarios los haya llevado a la tumba. Será recordado como difusor de los 'Sabores de Colombia' y un hombre de gran corazón. Que su muerte no sea el fin de su carrera culinaria si no la continuación de su largo camino en la búsqueda del anhelado Macondo.

Este fin de semana en el teatro municipal Jorge Eliécer Gaitán y en el Auditorio Fabio Lozano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se presentará la Orquesta Filarmónica de Bogotá con repertorio de Brahms, Dvorak y Hindemith bajo la dirección del maestro Ricardo Jaramillo González.

Sudamérica, Europa Occidental, África y el este de América del Norte se preparan para ver el último eclipse total de luna de la década.

Un fenómeno como este, ocurre cuando la Tierra se interpone entre el sol y la luna. La alineación genera que el disco lunar se ubique detrás de la sobra proyectada por la Tierra, causando un oscurecimiento gradual y progresivo de la superficie lunar. La Luna recibe del sol una luz indirecta que refracta en la atmósfera terrestre.

En un fenómeno astronómico como un eclipse es posible distinguir tres etapas: penumbra, parcial y total. Al entrar en cada etapa la luna cambia de apariencia y tonalidad, tendiendo a tonos rojizos al acercarse al punto máximo.

A medida que la luna se adentre en el cono de sombra de la Tierra, adquirirá un color rojizo, anaranjado u oscuro, y es dependiente de la transparencia de la atmósfera. Por tanto la percepción del fenómeno se condicionado por las condiciones meteorológicas de cada región.

El próximo eclipse total de luna se registrara en diciembre de 2010.

En Colombia el fenómeno en su etapa máxima se registrará a las 10.30 de la noche. En Bogotá se han dispuesto instrumentos de observación, talleres y conferencias en el Planetario Distrital. El eclipse se desarrollará así:

Inicio del eclipse penumbral 7:35 p.m.
Inicio del eclipse parcial 8:43 p.m.
Inicio del eclipse total 10:01 p.m.
Eclipse máximo 10:26 p.m.
Finalización del eclipse total 10:50 p.m.
Finalización del eclipse parcial 12:08 a.m.
Finalización del eclipse penumbral 1:16 a.m.

Desde el pasado 29 de noviembre, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional, ganadora del Concurso Distrital " La Ciudad Patrimonio de Todos" organizado por la Secretaría de Cultura, lleva a cabo una curiosa y diversa exposición en el museo de Bogotá ubicado en el Planetario Distrital.

Con la opera profana Carmina Burana del compositor alemán Carl Orff se dio inicio a la temporada sinfónica 2008 por pare de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Este sábado 9 de febrero de 2008 a las 4.00 el escenario musical será el teatro municipal Jorge Eliécer Gaitán.

La Orquesta Filarmónica reportó bonetería agotada para el primer concierto de la temporada dos días después de abrir la s taquillas al público.

La apertura de la temporada estuvo a cargo del director asociado Andrés Orozco Estrada, director Musical de la agrupación orquestal Tonkünstler.

Carmina Burana, una opera basada en poemas profanos de la edad media, con su primer movimiento “Oh Fortuna imperatrix mundi “ es una de las obras sinfónicas mas afamadas, contó con al magistral interpretación de la soprano mexicana Florencia Tinoco, el barítono colombiano William Alvarado, el tenor colombiano Kirlianit Cortés, el Coro de la Opera y el Coro Infantil La Escala.

Los próximos conciertos de la orquesta capitalina serán el viernes 15, 22, 29 y Sábados 9, 16, y 23 de febrero en los escenarios acostumbrados: el auditorio León De Greiff de la Universidad Nacional, el auditorio Fabio Lozano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y el Teatro municipal Jorge Eliécer Gaitán. Los precios de taquilla no exceden los 8000 pesos (unos 4 dólares) por lo que es una clara intención de democratizar la cultura y poner a disposición de la ciudadanía la más exclusiva y elevada música.




Por su parte la Orquesta Sinfónica Nacional inicia la temporada sinfónica 2008 con recitales de grandes pianistas en el teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez, en un recorrido por grandes obras del repertorio sinfónico, que van desde el barroco hasta el romanticismo.

La batuta de la Orquesta Sinfónica Nacional esta a cargo del argentino Luis Gorelik. Las boletas oscilan entre los 25.000 y 35.000 pesos.

No desaproveche la oportunidad de deleitarse con los mejores repertorios sinfónicos interpretados por lo mejor del talento nacional e internacional.

Más información: Orquesta Filarmónica de Bogotá y Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez